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Música y baile

LOS BAILES POPULARES O BAILES PARTICIPATIVOS

En el mundo de la música y el baile tradicional mallorquin conviven dos aspectos: las mostres y las ballades populars

Las mostres pretenden representar la memoria historica de aquello que fue una parte de la cultura tradicional en los siglos anteriores al actual (sobretodo en aquellos grupos que aportan trabajos de investigación diversa en campos como el de la indumentaria, la instrumentación y la sonoridad,...etc). Ademàs todo ello forma parte de los símbolos que popularment se identifican con la mallorquinitat, debido en buena parte a la indumentària, un aspecto muy visual y popularment identificativo.

Las ballades populars ,o bailes de abierta participación, si bien no son antagónicas con algunos de los aspectos mencionados, es cierto que actualmente ya han pasado por un largo camino evolutivo. En la mayoria de los casos, la música que hoy escuchamos en estas ballades se aleja en muchas ocasiones de aquello que en rigor podríamos calificar de “tradicional”; más bien se situaría en el terreno de “inspiración tradicional”, de “folk”, o como máximo “de raíz tradicional”, según cada uno de los grupos. Y lo mismo pasa con el baile: sólo la jota y la mateixa se han mantenido más próximas a los orígenes, aunque también han variado en estilo y formas. Con todo, el fenómeno de las ballades populars tiene indudablemente un valor excepcional: es el resultado de la evolución del folklore tradicional mallorquín desde los inicios del siglo XIX hasta la actualidad, un folklore vivo y actual que ha conquistado las plazas y calles.

A algunos puristas todo esto les puede parecer una desvirtuación de la tradición secular. En absoluto: todo en la historia és resultado de una evolución, y si en Mallorca los bailes tradicionales no hubieran tenido solución de continuidad hoy, muy posiblemente, habrian desaparecido o se verían reducidos a una situación casi marginal. Que los bailes que actualmente podemos ver en plazas y calles no sean miméticamente los mismos que los de mediados del siglo XIX es precisamente aquello que les da valor: han evolucionado y se han adaptado a los nuevos tiempos. Son en estos momentos uno de nuestros referentes identitarios, un símbolo genuino de mallorquinidad muy presente en la calle y que se ha demostrado con suficiente capacidad de seducción para la emigración recién llegada, cuestión a tener muy en cuenta dada la complicada situación que vivimos.

Cabe, no obstante, situar cada cosa en su sitio. Las mostres, como recreación del pasado, deben intentar ajustarse a la época que quieren representar, tanto en la sonoridad como en el baile y la indumentària. Las ballades populars, en cambio, pueden actuar con mayor libertad, pero seria deseable que su evolución no llegara tan lejos que hiciera imposible reconocer en ellas los orígenes de nuestros baile y música tradicional.